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lunes, 16 de abril de 2012

Inglés - Prof. Lo Preiato

Enlace al blog de la profesora:

http://englishfile-aworlofenglish2.blogspot.com.ar/2012/04/reading-comprehension_14.html

Historia - Prof. Carrizo

"Entre la política petrolera del 2° gobierno de Yrigoyen y el conflicto actual"
* Busquen información, para profundizar, del debate sobre el petroleo en la 2da presidencia de Yrigoyen.
* Luego, lean los siguientes artículos y establezcan una comparación.
* Busquen otros artículos actuales con los que puedan contrarrestar la información aquí presentada.



Economía | Domingo, 15 de abril de 2012
EL DEBATE SOBRE EL DESTINO DE LA PETROLERA. MERCADO Y RECURSOS ESTRATEGICOS. OPCIONES Y COSTOS

Por qué y para qué una YPF del Estado

Mientras se aguarda una definición del Gobierno, un enfoque diferente de abordaje al que suelen difundir los ex secretarios de Energía que privatizaron el sector indica las razones por las que es válido el actual debate. Un recorrido al tema en seis interrogantes.

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Producción: Raúl Dellatorre
- ¿Por qué debería considerar Argentina al petróleo y al gas como recursos estratégicos de interés nacional y no commodities de libre disponibilidad de quien lo extrae? ¿No es esta última alternativa más atractiva para los inversores extranjeros?
El comportamiento observado por las empresas privadas energéticas en el país, a partir de la desregulación y privatización de los hidrocarburos, ha sido privilegiar la maximización de ganancias en el corto plazo y la remisión de las utilidades al exterior. Estos conceptos son contradictorios con la necesidad del país de contar con disponibilidad y producción de energía suficiente para garantizar el de- sarrollo del aparato productivo, a un costo que asegure las ventajas competitivas, en el mercado interno y en el exterior, de los productos elaborados en el país. El cumplimiento de estos objetivos nacionales demanda una planificación de largo plazo que considere la explotación racional de recursos, la búsqueda de nuevas fuentes de energía y asegure la disponibilidad a futuro. De allí que, según los especialistas consultados, sea imprescindible la consideración de los hidrocarburos como recurso estratégico de interés nacional y no un bien libre de mercado.
- ¿Esto implica excluir a la empresa privada de la actividad de extracción de hidrocarburos?
No. Aunque en orden al criterio anterior de dar prioridad a los objetivos nacionales en materia energética, las empresas privadas que participen en la actividad deberían quedar encauzadas en los lineamientos que establezca la planificación estatal para el logro de aquellos objetivos. Esto puede significar la obligación de asociarse al Estado en cada explotación, con la posibilidad de que la operación técnica quede en manos del privado pero bajo control de la explotación y del destino del recurso en manos del Estado. Este es el modelo que se aplica, por ejemplo, en Venezuela (Pdvsa) y Brasil (Petrobras).
- ¿Por qué YPF debería volver al Estado?
Porque desde que el Estado perdió el control de la empresa ha dejado de cumplir con todos los objetivos estratégicos mencionados. Desde su creación (1922) hasta que se inició el proceso de desregulación y privatización (1992), YPF expandió la producción y oferta de energía en todas sus formas, brindó energía abundante y barata, desarrolló un aparato productivo industrial y tecnológico de gran importancia a nivel regional y fue la responsable de descubrir y desarrollar prácticamente todas las áreas petrolíferas hoy en producción. Actuaba como empresa testigo en todas las etapas de la producción y coordinaba, junto a las empresas estatales de generación y distribución eléctrica, y distribución de gas, el conjunto de recursos energéticos para asegurar precios y abastecimiento. En materia de combustibles, regulaba la compra y cuotas de producción asignadas a cada refinería a través de una “mesa de crudos” que garantizaba, también en este caso, precios y abastecimiento en cada etapa. Si bien buena parte de estas tareas podrían ser asignadas a otros organismos, teniendo en cuenta que los hidrocarburos satisfacen casi el 90 por ciento de las necesidades energéticas de la economía nacional e YPF es el principal operador integrado del sector (34 por ciento de la extracción de petróleo y 23 por ciento de la del gas natural, a diciembre de 2011; 51,7 por ciento de la capacidad instalada de refinación de crudo y 55,2 de la oferta de combustibles líquidos de producción nacional), para muchos especialistas es una herramienta imprescindible para cumplir los objetivos de política nacional expresados más arriba.
- Frente a tantos vaivenes en la Bolsa desde enero a esta parte, ¿cuál es el precio al que debería negociarse una eventual compra de YPF?
El precio bursátil de YPF es una ecuación con un muy alto componente especulativo. La parte del capital que se opera o “flota” en el mercado es minoritaria y muy poco representativa del valor de la empresa. El 57,5 por ciento de YPF está en manos de Repsol y el 25,5 por ciento en el Grupo Petersen (familia Eskenazi), con lo cual el capital “flotante” es de alrededor del 17 por ciento. De esta porción, sólo una parte ínfima se ofrece a diario en el mercado, porque la mayoría de ese 17 está en manos de inversores particulares o institucionales (fondos bancarios, carteras de ahorristas) de poca movilidad, es decir que no los compran y venden a diario.
YPF es un papel de los denominados de “baja liquidez”, de pocas operaciones regularmente. Sin embargo, ante la disputa con el Gobierno y la ola de rumores, la acción adquirió un alto vuelo especulativo a diario, con operatoria no siempre transparente y movimientos carentes de lógica. Rumores de “intervención” o “expropiación” han provocado, por ejemplo, fuertes bajas (29 de febrero, 15 por ciento) o fuertes alzas (último jueves, 7,4 por ciento) en días diferentes y ante presunciones similares (sendos anuncios que se suponía iba a hacer la presidenta de la Nación en las horas siguientes). El “precio de mercado”, en estas condiciones, pasó de unos 16 mil millones de dólares el año pasado a menos de 9000 millones esta semana, pero los acontecimientos de estos días vuelven a demostrar que una y otra punta pueden representar, ambos, una ficción manejada por especuladores que sacan partida del desconcierto, tanto cuando sube como cuando baja la acción.
- Entonces, ¿cuál es el valor de referencia que debería tomarse para YPF?
De acuerdo con los estados contables de la empresa al 31 de diciembre de 2011, el patrimonio neto de la empresa (activos totales menos pasivos totales) es de 18.375 millones de pesos. A cotización actual (4,40 pesos por dólar) equivaldrían a 4176 millones de dólares. Sobre esa base, una negociación entre el gobierno nacional y los accionistas principales (en este caso, Repsol y Grupo Petersen) debería tomar en cuenta los pasivos ambientales no contabilizados (daños al medio ambiente en zonas de producción o transporte) e incumplimientos en los que pueda haber incurrido la empresa y puedan ser considerados, en consecuencia, como “pasivos contingentes” (reclamables por la parte afectada).
- YPF no implica un doble costo para el Estado, ya que al pago de las acciones se debe sumar las inversiones necesarias que la empresa en manos privadas no hizo? ¿No sería más conveniente crear una nueva empresa y arrancar de cero?
La respuesta que dan los analistas en ambos casos es que no. Con YPF se parte de una situación de posición dominante real, porque tiene instalaciones y capacidad productiva y de distribución en toda la cadena, desde el pozo (equipos de perforación y otros servicios) hasta la red de estaciones de servicio, pasando por las refinerías, oleoductos y flota de transporte, aunque no se tome en cuenta los yacimientos, que son de propiedad pública. Empezar de cero supondría hacer toda esa enorme inversión. Por otro lado, ajustar los números a partir del “valor de libros” y no respecto de un ficticio valor de mercado implica dejar margen para las inversiones más urgentes. Además, la existencia de una empresa estatal supondría la posibilidad de asociarse con otras firmas privadas, lo que atraería capitales privados que hoy no acceden por la posición dominante de la YPF privada en el área.
Quienes sostienen que un esquema de empresa estatal fuerte y un programa energético nacional de largo plazo serían más atractivos para el capital privado productivo que el esquema actual (que atrae fundamentalmente a capitales financieros especulativos al mercado petrolero), aportan el siguiente dato como argumento: durante el período 2004 a 2011, las obras en infraestructura energética concluidas insumieron una inversión de 73.540 millones de pesos, gestionadas por el Ministerio de Planificación. El 74 por ciento correspondió a inversiones públicas, el resto fueron mixtas o privadas. Actualmente se encuentran en ejecución obras en el mismo rubro que representan inversiones por 52.360 millones de pesos, mayoritariamente con aportes públicos. Estas cifras evidenciarían que el Estado tiene la capacidad de llevar adelante y gestionar las inversiones necesarias en el upstream (exploración y explotación) y en el downstream (refinación y comercialización) para poner en marcha de inmediato el proceso de recuperación y dinamización del sector.
Informes y estadísticas: Centro Latinoamericano de Investigaciones Científicas y Técnicas (Clicet).
Director: Ricardo De Dicco.


Chiste catalán

Por Alfredo Zaiat
Argentina perdió el autoabastecimiento energético con necesidades mayores de importación de combustible para alimentar un ciclo de crecimiento inédito, por duración y magnitud. Así se expresa el agotamiento del modelo energético de desregulación y privatización de un sector estratégico de la economía. Definir una nueva estructura de la propiedad de las acciones de YPF es un comienzo para recuperar el autoabastecimiento como parte de una política energética global que acompañe el desarrollo de las fuerzas productivas. Para lograr ese objetivo, los españoles de Repsol son parte del problema; no una opción de solución. Las cifras de producción, reservas, ganancias y distribución de utilidades desde que tomaron el control de la petrolera nacional son elocuentes.
Repsol adquirió casi la totalidad de las acciones de YPF en 1999 desembolsando 15.169 millones de dólares, cuando el precio del barril de crudo había alcanzado un mínimo de 10,75 dólares a comienzos de febrero de ese año, con una media de 12,28 dólares en 1998; hoy cotiza arriba de los 100 dólares. Desde entonces su estrategia productiva fue principalmente extractiva. Esto significa explotar al máximo los pozos de petróleo y gas existentes sin realizar inversiones significativas para recuperar o mantener reservas, violentando la lógica del negocio de las petroleras. Esta consiste en extraer recursos y reponer reservas con inversiones para de esa forma mantener el valor de la compañía. Repsol no aplicó con YPF esa norma esencial de funcionamiento de las petroleras. Los fondos obtenidos devastando los pozos de YPF fueron desviados para su expansión global, orientando inversiones hacia Norteamérica (Alaska), Brasil, Golfo de México, el Caribe y el norte de Africa (Argelia y Libia). Argentina no figuró en esos planes pese a los publicitados y reiterados anuncios de inversiones de los españoles.
El crecimiento de Repsol en otros mercados fue con capital obtenido de las ganancias de YPF. Como se mencionó, siendo Repsol una petrolera de escasa relevancia a nivel internacional, se endeudó para comprar YPF por 15.169 millones, y en el período 2001-2006 distribuyó dividendos en efectivo por 8200 millones de dólares. En apenas seis años Repsol recuperó casi el 55 por ciento de lo que había desembolsado. En el lapso 2007-2010 el giro de utilidades sumó unos 5100 millones de dólares. Las del año pasado, equivalentes a 1200 millones de dólares (5296 millones de pesos), no pudieron remitirlas por la oposición del gobierno de CFK. En total, desde que tomó el control de YPF los españoles repartieron entre sus accionistas 13.300 millones de dólares, que si se agregan a las que fueron detenidas suman casi lo mismo que habían pagado para adquirir la ex petrolera estatal. Es lo que se conoce en libros de historia como depredación de recursos naturales por parte de multinacionales.
Todas esas inmensas ganancias remitidas a la casa matriz en Madrid restaron fondos para invertir en exploración y explotación de las áreas hidrocarfuríferas que posee en Argentina. El resultado fue la caída de la producción y reservas de petróleo y gas, que explica en gran parte la pérdida de la categoría de país con autoabastecimiento energético. La producción de petróleo y gas a partir de la administración de YPF por Repsol se basó en la extracción de recursos existentes antes de 1998, es decir, descubiertos bajo la administración estatal.
El especialista Ricardo De Dicco ofrece datos contundentes de esa conducta de la firma española. La declinación de los volúmenes de extracción de crudo fue de -27,8 por ciento en 2011 respecto a 2003; y la de gas natural fue de -36,8 por ciento desde el pico de 2004 en comparación con 2011. La refinación alcanzó su máximo en 2007, para luego descender y en relación a 2011 bajó 18,7 por ciento. “Con respecto a las inversiones de capital de riesgo en exploración por parte de YPF S.A., durante el período 2003-2011 fue de apenas ocho pozos. La comparación es impresionante: durante la década del ’80, YPF estatal había alcanzando un promedio anual de 117 pozos de exploración”, señala De Dicco.
La descapitalización de YPF realizada por Repsol ha sido impresionante, en línea con lo hecho por sus colegas españoles de Iberia, primero, y el Grupo Marsans, después, con Aerolíneas Argentinas. Para recuperar la línea de bandera vaciada se pagó simbólicamente un euro. Según los números de la propia compañía que presentó en la Bolsa de Nueva York, su pasivo a fines de 2011 ascendía a 8351 millones de dólares, lo mismo que hoy vale YPF en el mercado bursátil luego de la caída de la cotización desde comienzos de año. La descapitalización se originó en la distribución de todas las ganancias entre los accionistas, en el endeudamiento para mantener en funcionamiento la empresa, y en la reducción de su patrimonio por la perdida de reservas de petróleo y gas debido a pobres planes de inversión en exploración de hidrocarburos.
Los investigadores Andrés Asiain y Agustín Crivelli en “La explotación de hidrocarburos en Argentina. Estudio de caso: YPF S.A.” explican que “se observa una lógica predatoria que se encuentra muy lejos de un comportamiento racional para una empresa petrolera”. Si las reservas son el principal activo de una compañía petrolera, YPF se está descapitalizando. ¿Cómo se entiende entonces la estrategia de Repsol sobre uno de sus activos más importante? Asiain y Crivelli responden: “No, justamente ahí reside la gravedad del problema. No se trata de una mala administración de los yacimientos argentinos por parte de la empresa española. Este comportamiento se inscribe en la estrategia global que el grupo Repsol se ha venido trazando en los últimos años”. Los españoles no están dispuestos a asumir riesgos de exploración en las cuencas argentinas. Por ese motivo desde que se hicieron cargo de la administración de YPF no se volcaron a la exploración para incrementar reservas. “La estrategia de negocio en la Argentina se basó, y se basa, en extraer las reservas existentes para, a partir del persistente incremento de los precios internacionales del crudo, generar crecientes niveles de utilidad que luego utiliza para expandirse globalmente”, afirman Asiain y Crivelli.
Argentina requiere de inversiones de largo plazo y de riesgo, un tipo de inversión que no responde al objetivo de alta rentabilidad inmediata que busca Repsol con YPF. Dentro de los planes del grupo español, la empresa argentina aparece como uno de los activos a exprimir para luego desprenderse de ellos, no sin antes extraer toda la ganancia posible para financiar su expansión global. Esta política desplegada con la petrolera nacional YPF tuvo su premio para el presidente de Repsol, Antonio Brufau. Muchos en Argentina lo muestran abrumado por el trato que le dispensa el gobierno de CFK. Es un chiste catalán. No debería ser motivo de preocupación ni su estado de ánimo ni su situación patrimonial. Brufau cobró el año pasado 7,0 millones de euros: 2,4 millones de retribución fija, a la que se sumaron 1,9 millón en variable y 2,7 millones por una gratificación extraordinaria por los resultados de Repsol en 2011. Esos ingresos le significaron cobrar un 78 por ciento más que lo percibido en 2010, cuando embolsó 2,3 millón en retribución fija más 1,6 millón en variable, es decir 3,9 millones. Brufau no estuvo sólo en abultar su cuenta. Los diez miembros de la alta dirección de la petrolera también se vieron beneficiados por ese bono, recibiendo en total 18 millones de euros en 2011, frente a 12,5 millones de euros del ejercicio anterior.
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